Lo primero que me duele realmente es la falta de información. La marcha de "los otros" (los que no están en las JMJ) no es una marcha "laica", ni una marcha "antipapa". No es una protesta contra el qué, sino contra el cómo. Con la excusa de que incrementaría el turismo (?) se ha llevado a cabo un espectacular despliegue de medios que, en su mayoría, se destinan a que la estancia de los jornaditas sea lo más cómoda y económica posible.
Llamarlos "jornaditas" no trata de ser, en ningún caso, peyorativo. Peyorativo es llamarlos "peregrinos", pero no para ellos, sino para los auténticos peregrinos: los que aún llevamos las cicatrices de las ampollas en los pies; los que sabemos que no es buena idea llevar chocolate en la mochila, los que nos encontramos a nosotros mismos mientras buscábamos a Dios en el silencio. En estas JMJ se reparten indulgencias plenarias como si se encontraran en una caja de cereales, y me da escalofríos, a mi, que llevo ganadas cuatro. La indulgencia es algo muy serio; ¿cómo voy a estar de acuerdo con esta manera tan arbitraria de repartir el perdón de Dios?
No, no voy a llamarlos peregrinos.
Bueno. El caso (y segundo motivo de indignación) es que los jornaditas gozan de privilegios administrativos que suponen, por un lado, una reducción de recaudación de la administración pública (muy útil en época de crisis) y una reducción de los ingresos de las empresas privadas. Quizá pueda explicarme mejor
- Se supone que, cuantos más visitantes tenga Madrid, más se va a recaudar en hostelería y transportes.
- Para incrementar el flujo de jornaditas, se intenta facilitar económicamente la visita
- Como el alojamiento es caro, se habilitan colegios públicos (jamás visto en mi larga vida como cristiana, en la que el único edificio público "cedido" que usé en una peregrinación fue el polideportivo do Sar, al que desviaron los grupos debido que las inundaciones en el Monte del Gozo ponían en riesgo la seguridad de los peregrinos que estaban ACAMPADOS bajo la lluvia)
- Si se habilitan colegios públicos, no se usan los hoteles...
¿Vemos a dónde quiero llegar? La cesión de colegios públicos no es gratuita. Es un gasto extra (Mantenimiento, luz, agua, personal) que la administración está haciendo con la excusa de mejorar el sector hotelero. Un gasto extra para los colegios después de reducir el presupuesto en educación. ¿A quién afecta la reducción? A todos. ¿A quien beneficia? A los hoteleros desde luego no. Lo mismo ocurre con el transporte público o el escándalo de la no-facturación de los servicios médicos, los visados de urgencia... ¡¡ Amigos racistas!! Hay un montón de sudamericanos inundando las calles de Madrid que no han tenido que pagar la tasa correspondiente al visado para visitar nuestro país. ¿Hacemos cuentas?
La marcha la convocan laicos y ateos. También la convocan asociaciones cristianas. El qué, las Jornadas, dan igual. El cómo, es denigrante para todos. Pensad que los jornaditas van a volver a casa pensando que absolutamente todas sus malas acciones han sido borradas por haber estado guitarreando en Sol; que usar colegios públicos y colarse en el metro está bien; que las brutales cargas policiales son un castigo de Dios contra una panda de maricones y ateos que se han apartado del camino de Dios... Un camino que, prepotentes, creen haber finalizado.