- ¿Como es esa vía? ¿Crees que podría intentarla?
- No quiero que te ofendas, pero es demasiado difícil para ti.
- No me ofendo. Te lo he preguntado porque quiero saberlo.
Es que no me suelen servir las respuestas que quiero oir. Porque si hay una respuesta que quiero oir, significa que hay una que no quiero oir. Y para eso no hago una pregunta. Es más fácil pedir que te digan directamente lo que deseas...
- ¿Me quieres?
Posibles respuestas: SÍ/NO.
- Dime que me quieres.
Oh, pero es que entonces tendremos un problema. Porque no sabremos si es sincero. ¿Y qué más da? Cuando haces preguntas esperando una respuesta determinada, obligas a la otra persona a mentirte o eludir la pregunta. Al final es lo mismo. No podemos influir en las respuestas de los demás; sólo podemos elegir no hacer las preguntas.
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