roca centenaria de mil historias.
Allá lejos tras cien mares,
murió un reino y sus cantares.
Y de entre todas las leyendas
que rimaban almas muertas,
y de entre todas esas sendas
que guiaban tras cien vueltas,
solo cuenta aquella anciana
la de la hermosa hechicera,
que tras años de condena
en una cárcel de hielo
al cálido abrazo aun espera,
que le desate de este anhelo.
Allá lejos mira firme,
ya no tiembla ni tiene miedo.
Allá lejos nada sirve
para su voz hacer libre.
Y de entre todas las leyendas
que narraban niñas preciosas,
Y de entre todas estas sendas
quizás de una si aprendas,
reta al ocaso en tu mirada
aleja al viento de tu melena,
y con la Luna ya apartada
en esa cárcel de hielo,
emerge poderosa mas serena
pues tu frontera no es el cielo.
Y jura entre la nube y la estrella
y promete entre fuego y centella,
que podrán llover miles de años,
que podrán morir miles de sueños,
mas aun no termina la espera.
Y si tornas piedra entre el zafiro
sea ese tu destino,
pues Fortuna, este no es su juego,
Ni la amargura será su sino.
Sal entonces de su camino
y deja libre sus Ojos de Fuego.
Miguel Rosa
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