La tele no te quiere (Por Mak)

25 agosto 2008

Esta entrada la he copiado del blog de un amigo, porque me parece muy acertada:

Hola, soy tu tele, no te preguntaré que tal estás, ya que aunque parece que te sonrío, te puedes morir delante de mí, que no voy a pestañear.

Te exijo la presidencia del salón comedor (y del dormitorio, la cocina,...)
Yo hablo sin parar, no escucho y todos se callan ante mi.

Si te hablo de felicidad es para hablarte de consumo.

No me gusta hablar mal de El Corte Inglés, el BBVA, la General Motors, Repsol, Coca-Cola...

Te muestro la guerra, la violencia y los desastres, pero no explico con claridad su causas.

No me gusta que se relacionen entre ustedes, prefiero que me miren a mi.

Yo te enseño la realidad, no hace falta que mires por la ventana.

Dedico cinco horas al día para hablar bien de las multinacionales y menos de un minuto al mes en hablar mal de ellas.
Me dedicarás... 11 años completos de tu vida...

Además:

¿Te has fijado que yo gano en color y definición, mientras el planeta se hace gris?

Millones de ojos que miraban realidades diferentes ahora solo ven una realidad (virtual)

Detrás de mi hay una maraña de satélites, bancos, empresas de automóviles, telefonía, etc. que nunca serán criticadas por mi.

La suerte de nuestros vecinos reales ha perdido importancia frente a los personajes de “Salsa Rosa”

El cerebro humano no ha desarrollado la capacidad de distinguir imágenes reales de realidad virtual (hay recuerdos en ti que no son tuyos, sino míos)

He roto con el ciclo naturaleza-terreno con graves consecuencias para la sostenibilidad (es más fácil dejar que el territorio se deteriore si no lo miras)

Soy uno de los grandes aceleradores de la globalización.

He sustituido los miles de formas diferentes de resolver los problemas por una colección de productos de un reducido grupo de grandes compañías.

En 4 horas de dibujos animados, un sábado por la mañana se emiten 202 anuncios de comida basura.
No puedes responder a la publicidad de la tele, que se basa en hacerte sentir mal para animarte a consumir.

Que te quede claro.

No te quiero.

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