Tengo a las voces peleándose entre ellas de nuevo. Por un lado, estoy yo; por otro, la voz naranja. Es la voz que berrea, racionaliza y dice lo que no quiero oir. Lo que nadie quiere oir. Se burla y no tiene tacto. Es cínica y ataca donde duele sin miramientos.
Es la que hace que me vaya a dar un paseo cuando noto que estoy tan enfadada que toma el control. Porque tiene razón, la mayoría de las veces, y el valor para hacer las cosas, pero no tiene visión a largo plazo.
No, no estoy loca. No muy loca, al menos. Tener un grupo de pensamientos bajo "la voz naranja" facilita mucho la toma de decisiones; puedes discutir contigo mismo. Ella no tiene sentimientos hacia los demás, mira por si misma. Por mi. Es un modo de tener en cuenta lo que ya sé, sin negarme a aceptar nada. Es la que advierte del peligro; y si estoy asustada o no me gusta, puedo decirme a mi misma que es ella, y no yo quien dice eso.
Su frase favorita es "Deja de quejarte y arréglalo"
Bromeo mucho con ello. Pero insisto, no estoy loca. Pondré un ejemplo. Hace un tiempo lloraba por un muchacho. La situación típica: te está haciendo daño, sabes que te está haciendo daño y aún así lloriqueas porque no te trata como una princesa. Estuve llorando un par de noches. A la tercera, tuve una charla con la voz naranja.
- Pero mírate. ¿Te parece normal?
- No.
- ¿Estás segura? Porque parece que te gusta.
- Sabes que no me gusta.
- Ya, ya sé que no te gusta. Y también que sabes donde está la solución.
- Pero...
- Pero nada. ¿Prefieres seguir llorando? ¿Esto es lo que quieres el resto de tu vida? ¿Crees que mejorará? No. Esto va a ir a peor. Si le importaras, no estarías así.
- ¿Y qué le digo?
- Que se vaya a la mierda y que te olvide para siempre, por ejemplo.
- No me conviene hacer eso y lo sabes.
- Tienes razón. Piensa en algo. Pero tienes que arreglarlo. No puedes seguir así.
(Silencio. Enciendo la luz y respiro hondo. Me seco las lágrimas)
- Voy a por lápiz y papel. De mañana no pasa.
- Vale, pero date prisa. Y cálmate. Mira la hora que es, a ver si da tiempo a que duermas un poco esta noche, que ya está bien. Es un cabrón. No se merece a alguien como tú.
Le dejé. Ya lo creo si le dejé. Con elegancia y saludos cordiales. Más o menos así funciona la voz. No es tan malo, ¿no?
PD: De esta entrada agradeceré los comentarios diciéndome que no tengo ninguna patología XD
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Querida, no estás loca.
La mía no es naranja, la mía es verde pero se pelea con la roja y la roja siempre gana...
Al menos tú le haces caso a la tuya, la mía se pondrá en huelga el día menos pensado pq no consigue ganarme la partida nunca. A lo sumo, la dejo en tablas
Si tú estuvieras loca, yo debería estar en una institución desde hace años.
Es que la voz naranja es más borde que yo XD
Siempre son más bordes, porque son el lado con el que pensamos egoístamente.. por suerte suele ser una voz a la que se le hace caso puntualmente. Ahí está la gracia, puntualmente se hace bien escuchándole..
Pero cada uno lo representa de forma distinta, sea una voz, un pensamiento consigo mismo, una imagen en el espejo.. da lo mismo. Opino que todo el mundo tiene algún momento personal consigo mismo, sin tener un título que me avale.. creo que me defiendo :P
Un Saludo
Publicar un comentario