Alguien que cuide de mi (BDSM)

21 junio 2009

De nuevo, mi necesidad de entenderlo todo me ha llevado por un camino de investigación un poco escabroso. Sin embargo esta vez el hallazgo ha sido sorprendentemente grande.

La pregunta inicial era bastante sencilla. ¿Por qué una persona pasa a ser sumiso de otra? He de anticipar que después de todo, lo que no he llegado a entender ha sido justo lo contrario, el porqué de los amos. Porque el de los sumisos es tan obvio que me recorren escalofríos al pensarlo.

"No es mi culpa"

El sumiso es una persona que tiene un miedo atroz a tomar decisiones, a enfrentarse al mundo y a manifestar sus deseos. Y cuando hablo de deseos, no me refiero a aficiones individuales (leer, hacer encaje de bolillos o qué se yo) sino a aficiones que impliquen interacciones con otros seres humanos (y no me refiero únicamente al plano sexual) El sumiso confía en alguien y cede la toma de decisiones difíciles a ese alguien, de quien depende. El amo toma la responsabilidad de hacer feliz al sumiso llevando la carga.

Por supuesto el sumiso hace cosas por el amo. Pero son cosas sencillas, que no implican una responsabilidad real y que, si salieran mal, no habría consecuencias. El sumiso lo que no quiere es cargar con la culpa.

Pondré un ejemplo.
Una pareja amo-sumiso va a una fiesta de los amigos del amo, entre los que el sumiso no está cómodo. La responsabilidad del amo, por el bienestar del sumiso, es que ambos se marchen de la fiesta. Sin embargo, se quedan. Y después, el sumiso podrá estar triste porque el amo le ha obligado a quedarse.
La posición del sumiso es, como puede verse, terriblemente sencilla. Más, de hecho, que la de una pareja normal en la que uno tiene que decirle al otro "mira, no estoy cómodo con tus amigos y no quiero ir a esa fiesta", y comenzar un diálogo o incluso una discusión al respecto. Lo suyo en este caso sería negociar y llegar a un acuerdo (voy, pero luego tú me acompañas a visitar a mi madre). El sumiso diría "como tú quieras"... y que la decisión la tome el otro.

Una de las cosas que leí es que muchas mujeres tienen la fantasía de que son violadas. Es una fantasía, no un deseo real de ser violadas. Esta fantasía ocurre porque la educación sexual de estas mujeres está velada de prohibiciones, y una violación satisfaría el deseo, pero no sería su culpa.

Lo que me resulta espeluznante es la cantidad de parejas que fracasan porque uno de los dos no quiere tomar decisión alguna y el otro se cansa de tomarlas siempre, o ninguno de los dos quiere tomarlas, o quieren tomarlas ambos. Si bien tanto la entrega absoluta del sumiso como la ternura hacia este con la que el amo se hace responsable me parece algo incluso bonito, creo que, para que ambos miembros se desarrollen y creen magia entre ellos, ambos deberían jugar en los dos papeles. Por un lado, la responsabilidad hacia el otro, al que debes proteger y respetar, y por otro, la entrega y confianza absoluta.

Así que no, no entiendo a los amos. No entiendo cómo pueden ayudar al pleno desarrollo de una persona si no la enseñan a enfrentarse a las decisiones, a que depositen parte de esa confianza en ellos mismos. No entiendo cómo se sienten queridos así; quizá porque yo sólo me siento realmente querida si alguien, que pudiendo perfectamente estar solo, decide estar conmigo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran análisis ;)

El que en una relación haya sumiso y amo es algo que suele darse con bastante frecuencia.

Y como tú dices, se debe a que hay gente que no se siente cómoda al tomar las decisiones; así que prefieren que otros les digan lo que tienen que hacer.

Esto se da tanto en grupos pequeños (relaciones personales) como en colectivos mayores (mira lo que paso en la época de los fascismos)

Respecto a tu comentario final, sobre que ambas partes de la pareja deberían probar ambos roles, pues es verdad que seria lo ideal; pero también es cierto que a veces la situación se queda atrapada en un círculo vicioso, donde cada uno solo conoce su papel.

Y también es cierto que hay relaciones donde al amo le importa muy poco el pleno desarrollo de la otra persona; solo les importa el tener a alguien al que mandar.

La sensación de sentir que se tiene el control sobre otra persona es más adictiva para ellos que la droga.

Pero en lo que respecta a un servidor, yo creo que una relación es una cosa de dos, donde das y recibes.

El pretender anular a la otra parte, es anular la misma esencia de la pareja

Homo Rolerus

Eanáir dijo...

En efecto.
Por desgracia conozco de cerca el caso de muchas parejas en las que la cosa sale mal precisamente porque el "dominante" no quiere serlo. Una persona que de verdad quiere al otro no permitirá que cese su desarrollo y esto, con un sumiso de este tipo, no lleva a más que a peleas y al "no me entiendes".

No sé, es muy difícil llevar a buen puerto una relación en la que uno no quiere tomar ninguna responsabilidad y, cuando el otro le empuja a tomarlas, se siente desprotegido, incomprendido y abandonado. Y el otro mientras no sabe qué hacer, porque, por muy dominante que sea, no puede solucionar todos los problemas. Y al revés, pretender solucionarle la vida a una persona... ¡sin contar con esa persona!