Porqué el Otoño, porqué el Invierno

26 septiembre 2008

Sólo lo he conseguido una vez. Cuando lo logré era de noche, sin estrellas, pero la Luna brillaba tan grande que comprendí que aquel lugar no era como los demás. Sentí las olas en mis piernas y el peso de la tela blanca que me envolvía. La arena. El olor salado de la brisa. El cabello alborotado. Me encontré caminando hacia la orilla, como si hubiera nacido del mar...

El Otoño es la estación de los Guardianes. Es la estación de lo que fluye, de lo que se intuye, de lo que se acaba. Es la estación de los que no necesitan ver para saber, de los que caminan en la Niebla. De los que entienden porque sienten.
Es la estación de la aceptación; del final inevitable, de los recuerdos. Es la estación de los que deciden seguir adelante a pesar de que no ganarán.

El Invierno es la estación de la Sabiduría. Representa lo que está muerto pero vivirá, lo que está latente. Es la estación de la paciencia, de la energía, de la calma y de las sonrisas. De los ancianos y de los niños, de la ilusión. De las cosas que se guardan dentro, cuando el único calor que tienes es el del propio corazón.

A veces creo que me encuentro caminando entre ambas estaciones. No soy lo bastante fuerte para quedarme en ninguna de las dos, o quizá ambas me dan demasiado miedo. Sé que estoy más cerca del Otoño que del Invierno.

Ojalá fuera capaz de encontrar mi sitio.

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