Sobre el Miedo

27 agosto 2008

El miedo aparece como respuesta a situaciones que compromenten la supervivencia. Con este mecanismo, el cerebro obliga al animal a alejarse de aquello que lo amenaza. Pues el miedo, no es agradable.

Los niños tienen miedo a la oscuridad. Si nos remontamos al pasado, cuando el hombre no era más que un mono en un mundo hostil, este es uno de los miedos más lógicos. Un niño, solo, en la oscuridad es una presa muy fácil. Y el niño lo sabe. Este miedo se queda codificado en alguna parte de subconsciente. ¿Monstruos en la oscuridad? Por supuesto.

Que hoy en día, en los seres humanos, el vértigo, el miedo a la oscuridad y alguno más (las fobias a los insectos y a las ratas, por ejemplo) puede que no tengan mucho sentido. Pero entonces sí lo tenían, nos ayudaron a sobrevivir como especie.

Racionalizar el miedo se presenta muchas veces como la solución. En este tipo de miedos, sin duda. En mi caso, con el que he tenido que verme las caras ha sido con el vértigo. (Sí, vaya una escaladora con vértigo) Es posible enfrentarlo, y es posible vencerlo. Porque son miedos irracionales, son miedos sobre cosas que podemos controlar. Y es curioso, porque parte de la victoria depende de la confianza en uno mismo. Puedo hacerlo, he revisado el arnés y la cuerda, y no va a fallar. No me va a pasar nada. Sólo es una pared.

Existe, sin embargo, otro tipo de miedo. Este miedo es exclusivo de los humanos (Bueno, quizá no completamente exclusivo, pero no creo que muchos animales más lo tengan) y deriva de su estructura social. Es el miedo a otros seres humanos. Y no hablo sólo de integridad física; es el miedo a no ser aceptado en el grupo.

Supongo que también tiene un sentido ancestral, en el que el hombre que formaba parte de un grupo estaba mucho más seguro que si era errante. El caso es que la necesidad de aceptación no es algo que hayamos superado mediante la técnica. No hay un arnés que te sujete, y puede que no dependa de ti. Sólo depende del grupo.

Y por no agradar al grupo, tenemos miedo. Al final todos los miedos se remontan a situaciones antiguas; suspender un exámen, decir algo que no debías. El grupo. Los miembros del grupo. Decepcionar a alguien. No ser digno de acompañarles en su viaje hacia las tierras de invierno. No tener nada que aportar.

Quedarse fuera.

No hay comentarios: