Un día me dijeron que el camino de la vida se recorre en espiral. Así, no es que tropecemos en la misma piedra, sino que tropezamos en el mismo ángulo de la curva, y se tiende al equilibrio. Puede que no andase descaminado… pero cada vez más, creo que mi camino sigue algo más parecido a un muelle, sin tender ni los calcetines.
Cosas pequeñas dan lugar a una cadena que tiene grandes consecuencias allá donde no podemos verlo. O quizá sí. Cuán parecida es la teoría del caos con el asunto del karma.
Complejo. ¿Impredecible?
Sí, los relojes dan la hora. Y más tonta sería yo si esperara otra cosa de ellos.
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